Templaterror

Apollardao perdido ando. Y es que habré dormido unas cinco horas por quedarme a ver la entrega de los Goya. Sí. Yo hago ese tipo de idioteces. Y luego encima para, salvo honrosas excepciones de 5 nanosegundos, aburrirme como un manatí en el Congo. Eva Hache deslucida, chistecitos estereotipados, efectos de power point y lo que es peor...Miguel Ángel Muñoz cantando con Amaya Salamanca y Fernando Tejero (aunque lo de cantar es mucho decir. Que nos pensamos que todo el monte es Hugh Jackman y luego pasa lo que pasa).

Todo eso, sumado a que llevo nosecuantos días peleándome con las plantillas blogger para darle a este blog su merecida mayoría de edad, me encuentro en estos momentos con un empanamiento mental considerable.

Lo de las plantillas me está matando lentamente. Ya con wordpress me llevé unas cuantas hostias, así que pensé “pues nada... blogger, que siempre ha sido fácil de la muerte.” Y sí. Lo es. Si encuentras la plantilla sobre la que trabajar, lo es. Lo malo es encontrarla. Sobre todo porque partimos de una máxima indiscutible: el mundo que nos rodea es HORTERA. Y cuanto más chupi queremos ponerlo, más HORTERA lo volvemos.

No os imagináis lo que he visto estos días. Lo de los rayos C brillando cerca de las puertas de Tannhäuser es un potosí comparado con lo que yo he encontrado en el mundo de las bloggertemplates del mundo mundial. Floripondios rizados. Piedracos zen mal entendidos. Manchurrios pops. Cuadernitos de espiral (ODIO los malditos cuadernitos del infierno). Fondos policromados de acero galvanizado como si en vez de puñeteros oficinistas escribiendo chuminadas, fuéramos los pasajeros del Nostromo dando partes de expediciones por el séptimo anillo de Saturno ... en fin. Que esto es un sinvivir y que más me valía quedarme como estoy, con esta cabecera de subidón tequilero que me dió por poner la última vez.

Pero mucho me temo que la cruda realidad es que echo de menos mis zapatillas.