Las joyas de la familia

Hoy hemos tenido una reunión de padres en el colegio. Ayer después de cenar, nos dijimos "Seamos discretos, que ya es bastante coñazoabsurdo lo de ser los únicos especímenes de familia homoparental de todo el colegio". Estuvimos de acuerdo. Desde que el asunto dos padres/dos madres se homogeneizó en televisión con Modern Family, todos nos miran como si fuéramos las últimas dos crías de águilas calvas de los montes Apalaches. Nos echan sonrisitas compasivas "ah, vosotros sois los dos papás..." "qué bonito, me parece perfecto..." "yo siempre he estado de acuerdo con estas situaciones..." "jo, a lo que os habréis tenido que enfrentar..." y así hasta el infinito y más allá.

"Seamos discretos, Karlos". "Seamos discretos, Ariel". "Vamos, nos sentamos, escuchamos la charleta, sonreímos, hablamos con la tutora y hastaluegolucas. Discretos." "Eso es. Discretos." Y con tanto seamos discretos-seamos discretos, se nos olvidó lo de no ser todo lo demás.

En Harley, que ha aparecido aquí mi primo. 365 días al año para subirse a la moto, y hoy, que más que nunca tenía que haber hecho gala de cochecito familiar, va y coge la Harley. Harley, pantalones de cuero, cazadora de macarra y gafas de espejo. Y así ha recorrido los jardincillos de la entrada. Caminando tchink-tchink con sus botacas destroy, perfectamente preparado para sacar la doble recortada y preguntar por Sarah Connor.

Y yo. Sí, yo también he ido superchupi. Porque me he entretenido desayunando con la tele como un monguer, y he tenido que vestirme en dos nanosegundos y sin espejo (para variar). Y allá que he aparecido. Con unos pantalones verdes, una camiseta con esto, y unas zapatillas con viñetas de spiderman.

Y nada. Ahí que nos hemos reunido. 12 madres, 4 padres, el terminator macarra y el representante de confecciones milikito. Todos juntos y felices en petit comité escolar. Eso sí, ya no nos dedican sonrisitas compasivas, no... Ahora se inclinan más a una especie de rictus de entre asombro y estupor.