Mañana es la fiesta de colegio de Simón. Vamos de egipcios. Bueno, él va de egipcio. Nosotros vamos de padres que se han dejado los huevos por conseguir un disfraz de egipcio cojonudo en dos días. No bastaba uno cualquiera, no. Tenía que ser EL DISFRAZ. Por dos razones básicas: una, ha sacado unas notas muy grandes para lo pequeño que es, y dos, dijo que si no había "dinirito" no le importaba no ir disfrazado a la función, lo cual nos sonó a lecciones aprendidas en la casa cuna, lo cual nos rompió el corazón, lo cual nos puso gallitos, así que dijimos...pues ahora le vamos a buscar un disfraz que se va a cagar la perra. Y así ha sido. El disfraz es la caña y él está auténtico. Creo que salvo Nefertiti del brazo, no le falta nada para ordenar un levantamiento de pirámides en dos minutos y dónde le apetezca, al chaval.
Tequila está estupenda. Se ha recuperado rápida y limpita y yo puedo dejar, por fin, de limpiar y desinfectar culos de gatas. Eso unido a que dentro de 9 días laborales dejo de tra-ba-jar durante dos laaaaaaargas semanas en las que estaré de dolce farniente encima de la arena de la playa, me hace MUY FELIZ. He mirado el parte metereológico, y la costa dorada, nos recibirá con 26º C y cielos nubosos. Le digo a Karlos que a mí eso me parece un frío del carajo, y él me dice que no, que es la temperatura media de Canarias todo el año. Vale. Pues ese debe ser el secreto mejor guardado de los canarios. Los patuquitos a juego con el meyba, por si refresca.
Porque a mí me sigue pareciendo un frío del carajo...