Semipadres

Tengo sueño, me encuentro cansado y estoy harto de comer espinacas.

No sé dónde lo leí, pero en algún sitio lo hice; la espinaca fresca es uno de los alimentos más completos del mundo en cuanto a balance de vitaminas, fibras y sales minerales. Y así ando. Espinaca para arriba, espinaca para abajo. Tengo que volver a hacerme análisis en octubre y he hecho una apuesta (formal) con Karlos a que los iba a sacar per-fec-tos. Así que nada. Espinaca de mierda, ven a mí. Adiós repostería Martínez, fué bueno mientras duró (snif).

No he solucionado una puñeta del tema gato/chinchilla. No podemos poner un candado para tiburones porque Simón es el encargado de cambiarle agua y comida cuando viene del colegio y el pobre no tiene aún mucha destreza manual, y tampoco podemos usar los trucos de ingeniería matemática tipo "cierre del pan bimbo con unas vueltas chirichufli y ya" porque más allá de nuestra ira, somos buenos y no queremos que ni gato, ni chinchilla (ambos de natural bruto y cabezón) terminen heridos por un quítame-allá-este-cable. Moraleja: a gastarnos la pasta en una jaula con cierre de seguridad. Pero como estoy cansado, tengo sueño y me salen las espinacas por las orejas, pues... como que mañana nos peleamos en esa guerra. Me tiene un poco hasta las pelotas el asunto. Lo que de verdad necesitaría es algún bicho macarra que me hiciera de gorila de discoteca, y vigilara los flancos de la jaula. No sé el qué. Quizá un lagarto de komodo con hambre de gato cabrón.

Hemos estado en una reunión de padres del colegio. Esta vez no nos hemos vestido de macarra with payaso, así que hemos pasado razonablemente desapercibidos. Mejor. Si hay algo que hemos sacado en claro de las reuniones del colegio es que: 1. Todas las madres son muy pesadas. 2. Todos los padres prefieren no estar allí. 3. Todas las madres y todos los padres no saben muy bien cómo llevar lo de los dos tutores gays. Nosotros sí sabemos cómo llevar lo de los dos tutores gays. Pasando ampliamente y poniendo permanente cara de vaca mirando al tren, como si las sonrisitas de comprensión y los "me parece fenomenal lo que hacéis, chicos" no fueran con nosotros.

La tutora de Simón nos ha dicho que es inteligente, despierto, obediente, generoso con sus compañeros y demasiado charlatán en clase. Se nos ha escapado la risa con eso último, y ella nos ha puesto cara de gravedad tipo "no os riáis, porque eso hay que corregírselo..."

Hace tan solo dos años Simón vivía aislado metido dentro de su propia camiseta. ¿Corregirle porque ahora hable demasiado? Pffff...Ni de coña. Entre un blanco y un negro, no siempre mola el gris.