Ouchs...

Ya he vuelto del dentista. Ha sido una experiencia cantidad de enriquecedora. El médico me ha hecho una radiografía de mi muela erasmus, y me la ha enseñado en una pantallita. Me ha dicho que el perno, al ser antiguo y rígido, había fracturado la raíz donde estaba enganchado y creado una fístula con infección. "Hay que sacar la muela, el perno y la raíz, o se te extenderá el pus a las muelas colindantes."  Yo llevaba cuatro días de dolor insoportable sobre los lomos, así que he sacado pechito y he dicho "Pues venga. Hágalo. Ya. Ahora mismo."

Entonces el dentista le ha dicho a Karlos "Si no le importa, salga y espere fuera."

Y Karlos ha dicho "Ay Dios..."

Y yo he dicho "Ay Dios..."

Y la asistente ha dicho "Va a resultarte un poco molesto, pero no hay más remedio."

Y yo he dicho "Casi que mejor lo dejamos porque ya no me duelearghfsfadavadághs...(porque ya me habían puesto el mantelito, abierto las mandíbulas y metido el churiburri de aspirar).

Y...pues eso. Un infierno superdivertido. Primero con lo de meterme tres pinchazos de inyección en la encía inflamada y purulenta. Segundo, con lo de sacarme una corona enterita y perfectamente fija a base de tirar con unas tenazas (lo recomiendo vivamente como experiencia de finde, en serio). Y tercero, con lo de terminar de sacarme la raíz a base de hacer palanqueta con tres hierros. En total, unos 18 minutos de angustia vital y ohdiosmíomátenmeya. Cuando hemos terminado y he bajado del sillón, me fallaban hasta las rodillas. He tenido que hacer el trayecto de vuelta de paquete en la moto de Karlos, con una bolsa de hielo pegada contra el carrillo. Hace unos diez minutos que ha empezado a remitir el dolor (después de 4 días y 4 horas, que se dice pronto), así que ahora no paro de estirarme el belfo para mirar mi encía sin muela. Tendré que esperar dos o tres semanas a que cicatrice para poder ponerme otro implante. Menos mal que es la última de la fila, y no se ve cuando sonrío. No me pega mucho lo de ir serio por el mundo. Sobre todo con las camisetas de mamarracho que gasto. Sería casi como sacar al Pato Donald en una procesión de Semana Santa.