Fi-fi-fiesta

Mi cuñado Samu trajo ayer una máquina de algodón de azúcar para hacer las telarañas de nuestra fiesta Halloween. La idea de bombero de las telarañas comestibles es mía. Y digo de bombero porque tiene sus pros y sus contras. El pro de que puedes atravesarlas con la boca abierta y el contra de que terminas más pegajoso que un osito de goma en el Sáhara Occidental. De hecho ayer estuvimos haciendo pruebas y coger después a Asesino en brazos, me supuso terminar con ellos como Chewbacca. Karlos dice que no importa. Que puedo ser todo lo bruto que quiera, porque de la limpieza ya nos encargaremos luego. Samu se emocionó entero cuando oyó eso. Hoy nos ha dejado dos litros de sangre falsa, murciélagos de goma y un esqueleto de fosforito de tamaño natural. Antes le preguntaba de dónde coño sacaba esas cosas. Ahora ya, ni me molesto. Solo las disfruto, directamente. Del algodón de azúcar, de hecho, creo haber disfrutado por encima de mis posibilidades.

Estoy de imaginación calenturienta desatada y cada vez se me ocurren más burradas. Lo mejor va a ser la entrada inicial. Karlos va a ir de cirujano psicópata asesino, con la bata llena de sangre y un cuchillo-hacha-bisturí-loquesurja. Cuando ya hayan llegado todos los niños, les explicará que están en su laboratorio y que una de sus víctimas (o sea yo) ha resucitado y se ha escapado, escondiéndose por la casa. Los niños tendrán que encontrarme, a oscuras y con linternas (con lo cual lo del esqueleto fosforito, los perros a su bola pirola, las telarañas y los murciélagos que caigan desde encima de las puertas, nos viene de coña) y mientras aprovecharemos para que Karlos vaya apareciendo también de vez en cuando en habitaciones y armarios blandiendo el hacha-cuchillo-bisturí-loquesurja gritando NECESITO OTRA VÍCTIMAAAAA y se alterne con las apariciones-sustos que yo les dé, vestido de zombi con los brazos hacia delante buaaarrggghhhh intentando atraparles.

Sí. Lo sé. Alguna patada-golpe en los huevos nos llevaremos. Contamos con ello. No hay diversión sin riesgo. ¡Tora-Tora-Tora!