A veces me pregunto si tú y yo somos de la misma galaxia

Hoy hemos retomado el rugby. Bueno, nosotros no. Karlos. Nosotros, los tres restantes, hemos ido a animarle a las gradas. Primera vez de Pedro. Se ha llevado un cuaderno y un bolígrafo para apuntarlo todo y estudiarse las normas del juego. Algo de su ejemplo debería aprender yo, que llevo unos 25 partidos vistos y aún no sé en qué consiste. Solo aplaudo cuando los demás aplauden y silbo cuando los demás silban. Y me preocupo cuando veo rodar a Karlos debajo de veinte tíos como armarios. Pero de los demás... nada. En cuanto oigo el final, lo primero que pregunto es "¿hemos ganado?"
Hoy, uno de los contrarios le ha partido una ceja a Karlos con el codo. He bajado a pie de campo para ver si dejaba el juego o qué, pero los cojones. Se ha echado agua por la cabeza para que no se le metiera la sangre en los ojos y ha seguido jugando. Nisiquiera ha parado. Directamente mientras corría y daba instrucciones, se iba secando con el borde de la camiseta. El tío que le ha golpeado no ha sido limpio (o eso hemos creído entender) así que yo esperaba que cuando terminara el juego, se enfrentaran de alguna forma, se gritaran un poco, se azuzaran, se cabrearan...yo qué sé. Lo que suele suceder en los partidos deportivos ¿no? Pues no. En rugby, "lo que suele suceder en los partidos deportivos" no sucede. Se han abrazado, se han dado palmadas, se han felicitado. "Buen partido, tío." "Igualmente, igualmente..." Nada de "me has partido la ceja, cabrón". Nada de nada. Solo buen rollito y halatira.

Ahí he alcanzado un cuarto creciente de flipe.


Hemos ido a la enfermería con él. La chica le ha dicho "te bastarían dos puntos de aproximación, pero no tengo." Y él ha dicho "Pues cose, cose." Entonces ella ha ido hacia el armario "Espera que busco un poco de anestésico..." y él ha contestado "Noooo, deja ahí, no hace falta. Cose, que me están esperando mis chicos y tengo hambre." Y así, con dos cojones, le han cosido la ceja sin anestésico, ante nuestras tres caras de oveja. Sin soltar un ay, ni inmutarse.

Ahí, los tres cuartos.

Cuando subíamos al coche, le he dicho "Alucino con que seas capaz de dejar que te cosan puntos sin anestésico." Y él ha dicho "Sí, la verdad es que si tengo hilo de sutura, estas cosas prefiero cosérmelas yo y termino antes."

Y ahí el flipe entero.