A Dios pongo por testigo que no volveré a ponerme moñas

Con esto de cambiar la plantilla he estado releyendo algunos post. Me han dado ganas de sacarme el calcetín y pegarme con él, por algunas frases. Madre mía, vaya subnorcursi profundo que estoy hecho cuando falta Jon. Solo me falta el foco cenital y la mirada absurda al infinito. Pido perdón. No sé en qué tipo de cortocircuito cerebral entro con los bajones. ¿Ves? si me releyera de vez en cuando, no me pasarían estas cosas. Porque todos tenemos nuestro momento imbécil, claro. Y el derecho a ello. Pero que los momentos imbéciles se queden ahí plasmaditos y disecados de cara al mundo mundial... Eso no. Matadme antes, por favor (lo del calcetín es una idea).

Mañana es Fin de Año. Nuestro plan de Nochevieja incluye la cena unifamiliar (ya he hablado de Jon Karlos echando a todo el mundo de casa en Nochevieja porque es su noche sagrada de cenar solos y cocinar sus 325 legendarios miniplatos) y luego la TIMBA DE PÓKER NUMBER TWO, esta vez con sus amigos, en la que pienso recuperar mi dinero o terminar de perderlo todo, con un ranking de posiblidades de 2 contra 100, considerando que he comprado un ron cubano demasiado potente para la lucidez mental.

La televisión se ha muerto esta mañana definitivamente. Ya ni glglgl ni po**as en vinagre. Directamente, la oscuridad más absoluta. Pero no pasa nada, porque Jon fue ayer a la tienda en un impulso y compró un cine. Tan cine, que probablemente cuando entre hoy en el salón, tengamos que salir nosotros. Quiero pensar que he contribuído a esa megatelevisión con un 0,00000000000000001% gracias al dinero que me ganó en la timba de Nochebuena, porque la verdad es que cuando hace este tipo de cosas de tirar la casa por la ventana para cacharros de uso común, siempre me siento un pelín gorrón. Sea como fuere, ando un poco emocionado acumulando videojuegos y películas de Star Wars para ver en la televisión gigante nueva con pantalla envolvente y sonido superwonship (*), así que encima vengo a ser lo que se dice un gorrón entusiasta. A cambio he prometido ayudar en la elaboración de los 325 miniplatos de mañana haciendo unos canelones de marisco. Y hasta le he mentido como una p**a diciendo que sabía hacerlos y que me salían deliciosos. Ya ves tú. Pegándome el pisto cuando lo único que sé sobre canelones es que son redondos. Luego que si me estrello. ¿Pues cómo no me voy a estrellar si soy incapaz de no tomar las curvas?

Si de aquí a mañana alguien me pasa la receta de "canelones de marisco superfáciles para gasteizarras que se hacen solos pero parece que no" yo... agradecido.

(*) me lo he inventado. Que nadie lo pida en la tienda.