Espacios de confort

Uno de los modelos de casting del año pasado me acaba de saludar con dos besos en el autoservicio. Me he puesto nervioso y tonto. Soy un poco psicópata con lo de mi espacio de confort y los desconocidos. No me gusta que me besen, ni que me toquen, ni que me cojan del brazo, ni que me quiten una pestaña del ojo, ni que nada de nada, de nada, de nada, de NADA. Uno de los muchos psicólogos que me trataron en el centro de menores por mis 325 fugas, le dijo una vez a mi tutor que mi rechazo al contacto era producto de la falta de afecto físico durante mi infancia. Me pareció tan poético como idiota. Vale que ni mi padre ni mi madre eran los reyes del mambo fraternal, pero la abuela Agra y Concetta se cansaron de achucharme y darme besos chuirripiposos(*) mientras viví con ellas. La única explicación de mi rechazo al contacto es la más sencilla; que soy un desaborío. No hay más misterio. Por eso me llevo bien con los gatos y con los vascos. No podría ser de otra forma. Si estuviera saliendo con un andaluz, el pobre ya se habría cortado las venas.

4.000€ de indemnización, le han dado a Jon K. por el golpe que tuvo con el coche. La aseguradora ofrecía 1.000€ y nuestra abogada dijo que los cojones. Un hurra para ella. Y otro para el municipal que evitó que Jon se pegara con el otro conductor. Me imagino que de haber habido leña mutua, el resultado hubiera sido bastante distinto. Nunca he sabido cómo es un puñetazo de Jon (ni lo sabré) pero con tanto entrenamiento de boxeo, no creo que el del otro coche hubiera salido muy bien parado. Él no se siente nada orgulloso de aquella reacción. Dice que tenía que haberse controlado. Estoy de acuerdo al 50%. Lo de cascarse siempre es el último recurso, pero también es verdad que lo primero que vió después del golpe, fue a Simón llorando, lleno de cristales y empotrado en mitad del coche, desde el asiento de atrás. Si la silla llega a ir detrás de Jon, tranquilamente le habría roto las dos piernas al crío. Y encima el tío bajó del coche riéndose, como un subnormal. No me digas que eso no es como para que se te suba la bilis más de lo debido.

Fin de semana de cumpleaños. FIN DE SEMANA DE CUMPLEAÑOS.

(*)los que suenan chuirripisssssh