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Aún sin Jon. Ni idea de por dónde anda, pero donde esté no tiene cobertura. Sigo preocupado por el gato. Orgánicamente estará bien, pero sigue adelgazando y con comportamiento excéntrico. Anoche tuve que salir a buscarle al jardín, porque estaba tumbado sobre el arcón a 2ºC con las patas delanteras completamente extendidas, como si estuviera desparramado. Me llevé un susto de muerte pensando que le había dado un chungo en las patas traseras, porque además había soltado algo de caca fuera de los areneros. Luego ya en casa se escondió bajo el sillón y ya no quiso salir. Ahí ha dormido. Solo ha salido esta mañana, al sssh-clac de la tapa de su lata de comida. No entiendo nada. Era un gato gordete y apacible que se pasaba la vida tumbado en la cama y ahora, de repente, va de escondite en escondite y de alto en alto, como si fuera un marine esquizofrénico. Y maúlla. Desde lo alto y sin venir a cuento. Si me diera alguna jodida pista para poder ayudarle... Pero nada. Come bien, ronronea, se asea. NO-EN-TIEN-DO-NA-DA. Necesito a Jon. Necesito que vuelva y me diga que no me obsesione. Le necesito para que busque soluciones, justificaciones, salidas, argumentos... Le necesito enterrándome otra vez las raíces en su sitio y acomodándome las hojas.

También le necesito para la fiesta de 23 niños de mañana. Y para volver a llevar el gato al veterinario. Y para la tarta, sí. Ahí están todos sus colorantes de bizcochos, sus fondants, sus dibujos, sus moldes, sus paletas... Y su disfraz de Ryu. Y su regalo de San Valentín envuelto en papel de celofán verde y rojo. ¿Y si no llega a tiempo? ¿Debería trazar quizá un plan B?

1. Llamar a mi suegra
2. Que mi suegra haga la tarta
3. Disfrazar a mi suegra de Ryu
4. Que mi suegra me calce una hostia por disfrazarla de Ryu
5. Ofrecerle en son de paz mi regalo de San Valentín para Jon
6. Que lo abra y me calce otra hostia
7....