El deber no cumplido

Llevo todo el día para limpiar el baño. Teníamos que haberlo hecho esta mañana, pero nos hemos dormido por hacer el guarrete a deshora y Pedro nos ha leído la cartilla. Él se toma muy en serio los horarios y no soporta que nosotros nos despistemos. Así que nos sigue con mirada lúgubre. "Hoy es domingo y no habéis limpiado vuestro baño. Los domingos se limpia el baño. Nosotros hemos limpiado el nuestro." Como una especie de minirainman, pero en guapo. Luego después de comer se ha ido Jon al gimnasio a entrenar para su ironchifladura y me he tirado cerca de cuatro horas procastinando con la vana esperanza de hacer tiempo para que volviera y lo limpiara él. Y realmente ha sido vana, porque él ha vuelto y se ha quedado esperando en la entrada dentro del coche y pendiente de mis parrafadas por twitter, para asegurarse de no entrar antes de que lo limpiara yo. Ahí. Como dos tontos echando un pulso, solo que ganando el tonto B. He intentado solucionar la disputa con una pelea de sable láser, pero siempre me olvido que Jon me sujeta con una mano. Es mi amnesia de los domingos. Y se repite todas las semanas, así que cada vez termino metido a traición en un sitio distinto. El cesto de la ropa sucia, el cubo de los legos, el arcón del garaje... Eso es lo que se llama no escarmentar ¿ves?