Mesetas de luna llena

Mucha luna llena hoy. Con el mismo formato de siempre. Salidismo sexual, desembocante en espesura mental, desembocante en bajoncillo, desembocante en vivamivida. Ahora mismo estoy en el bajoncillo. Calculo que en dos días volveré a los post de vivamivida. Voy a pensar que estos subeybajas son el precio a pagar por ser humano y real. Porque si fuera un personaje de libro, yo me escribiría siempre contento, siempre guapo, siempre listo y bien vestido, siempre con ganas de dibujarescribirmontarenmonopatínbesar...

Hoy le he dado a mi compañero raro una mala contestación. Eso me ha hecho sentir muy culpable durante todo el día. Sobre todo porque ha puesto una expresión como de mapache que no le había visto nunca. Luego le he pedido disculpas. Yo no tenía un buen día y me estaba preguntando sobre algo que le había explicado ya veinticinco veces. No es excusa. Él tampoco tiene la culpa de que mi jefe se esté vengando de mi insumisión a base de putearme con kilos y kilos trabajo urgente. Mañana le llevaré algo (a mi compañero, no al jefe. Al jefe hay que dejarle hasta que se le calmen los idus de marzo). No sé el qué. Un pastel o una muñeca hinchable. Algo.

Seguimos teniendo frío. Más frío. Mucho frío. Ahora mismo estoy envuelto en mantas, tirado en el sofá frente a la chimenea, con el portátil, una cerveza, y rebozado de gatos y perros. Jon está preparando cena rica y me ha dicho que hoy se encarga él de todo. Deberes de niños, sacar perros, preparar los almuerzos de mañana... Yo solo cenar, estudiar, pijama y ducha caliente. Jon pilota mis bajones con maestría. Es el primer capítulo del manual del buen compañero. Y él está graduado cum laude.