Prelunes de María

He hecho arroz con pollo, he transplantado mis marihuanitas, he descubierto que la cotorra es un cotorro... y ya son las once y media de la noche. Me queda esperar a que venga Jon K. que hoy tenía trabajo de campo fuera de Madrid, así que me siento e intento hacer un resumen prelunes.

Nos llamaron otra vez de la comisión de tutela de la Comunidad. Queríamos una niña. Habíamos avisado y presentado papelotes una vez más. Nos habían dicho que alguna noticia tendríamos hacia finales de verano, una vez pasada la última evaluación de Pedro, que fue perfecta y cerró el expediente. Pero estábamos en mi revisión de coco (que por cierto también salió perfecta) y nos llamaron. Sin verano y sin puñetas. De improvisto. Nos llamaron y nos dijeron "tenemos un expediente para que estudiéis a ver si os cuadra." Y así estamos. Sopesando y comiéndonos la cabeza intensamente desde que nos han hablado de María. Sobre todo por el mogollón que implica, que más o menos viene a ser esto:

A FAVOR:
- Es una niña. Queremos una niña.
- Es muy pequeña. Casi un bebé. Se nos esponja el corazón. Un bebé. El paradigma de la ternura.
- Tiene hemiparesia, como Simón. Tenemos experiencia. La recuperación de Simón ha sido brutal. Podríamos ayudar también a esta niña. Estamos seguros.
- La terapeuta considera que un bebé en casa sería muy positivo para la normalización de conducta de Pedro. Le ayudaría a responsabilizarse y a normalizar el caos.

EN CONTRA:
-Es un bebé. No acogemos niños para dejarlos diez horas con una niñera. Yo (que soy el del sueldo más bajo) tendría que pedir una guardia legal y reducir mi jornada laboral (lo pongo el puntos "en contra" por poner algo, porque en realidad estaría dispuesto, pero bueno...)
-Al ser un bebé hay varios padres por detrás de nosotros que están dispuestos a acogerla y adoptarla. Tiene minusvalía pero es leve. Los bebés enseguida encuentran hogar. Lo tienen más fácil. Son monos, son tiernos, no tienen defectos conductuales. Vienen limpios de fábrica. Son los niños más mayores los que no encuentran salida. Si acogemos a María ¿no estamos fallando a alguna otra niña  que pueda necesitarnos más? quizá alguna con más grado de minusvalía, más edad, procedente de familia destructurada, de malos tratos... Pedro pasó dos años esperando a que alguien le acogiera. ¿Y si hay otra María que también nos necesita y nadie ha querido durante años?

Estaremos en periodo de reflexión hasta Semana Santa y luego tendremos que tomar una decisión. Y lo llevamos claro ¿eh? porque han pasado 48h. y aquí seguimos los dos. Haciendo cábalas como dos pollitos, en un constante sí, pero no, pero sí, pero no, pero tú que opinas, pero y qué opinas tú...